Es el día de la actuación final, donde el proceso culmina, donde todos y cada uno de los esfuerzos llevados a cabo se ponen de manifiesto; es el momento del enlace. Los nervios no pueden asemejarse a casi ningún otro acontecimiento de la vida, lo más importante minutos antes de la boda es que todo esté perfecto. Es en este momento cuando cualquier detalle, hasta el más pequeño, importa. Muchos meses de preparación han de dar sus frutos.
Un wedding planner u organizador de bodas conoce la importancia del día del enlace. Sabe que cada detalle cuenta y que el tiempo es crucial. El wedding planner debe siempre conectar con el cliente, escuchar e intentar hacer realidad los sueños del mismo, ya que al fin y al cabo la principal fuente de motivación del wedding planner es hacer de la celebración un día inolvidable.
La figura profesional del organizador de bodas surge hace aproximadamente veinte años en los Estados Unidos, con el objetivo de asistir parejas a punto de contraer matrimonio en la planificación, organización y coordinación de su boda.
Desde este momento y hasta entonces se han producido un sin fin de cambios en la manera de trabajar, entre otros factores por la fluctuación de las tendencias en decoración, estilismo o moda.
La figura del wedding planner es crucial para conseguir los mejores resultados y el éxito garantizado, pero además disfrutando del proceso en el que se enmarca el ritual de la organización. El camino hasta el momento del enlace es largo y en muchas ocasiones se convierte en una travesía estresante y conflictiva. Son multitud de elementos los que se han de tener en cuenta a la hora de organizar una boda y en muchas ocasiones las parejas no son plenamente conscientes de ello. El wedding planner trata de hacer, no sólo llevadero, sino agradable dicho proceso. Los profesionales en este sector conocen a la perfección todos los detalles y entresijos que componen el enlace y sobre todo conoce cómo combinarlos para hacer de ellos la mejor opción.
Fotógrafo, banquete, decoración. modistos, invitaciones, alojamiento, viaje….¡multitud de elementos a tener en cuenta! por lo que un wedding planner es la mejor opción para que nada se quede en el tintero.
Para realizar su trabajo un organizador de eventos debe de tener claro las fases que caracterizan a dicho evento: ideación, planificación, organización y control; y ha de poseer una serie de características claves a la hora de trabajar como son: invención, creatividad, dinamismo, empatía, organización, eficacia etc.
La figura del wedding planner persigue el objetivo de asistir parejas a punto de contraer matrimonio en la planificación, organización y coordinación de su boda. En definitiva se trata de que tanto el camino como el destino se conviertan en el proceso más gratificante, placentero, satisfactorio y especial que las parejas puedan experimentar.