Ya conocemos la definición de evento y la importancia de su organización, pero ¿qué se puede conseguir con un evento? ¿Cuáles son las consecuencias de su gestión? ¿cuántos tipos de eventos existen? y ¿cómo pueden clasificarse?
Lo cierto es que es sorprendente la amplia variedad que podemos encontrar para clasificar los eventos y las distintas vertientes que surgen entorno al mismo. En términos generales podemos considerar los siguientes tipos:
1. Social (Instalación y protocolo matrimonios, nacimientos, cumpleaños, aniversarios etc.)
2. Cultural (exposición, danza, teatro etc.)
3. Académico (seminario, conferencia, científico etc.)
4. Recreativo (festival, espectáculo etc.)
5. Deportivo (prueba, campeonato, juegos etc.)
Teniendo en cuenta dicha clasificación, y considerando que hasta el momento hemos visto la transcendencia de un acontecimiento desde el punto de vista de un particular, debemos destacar que los eventos presentan multitud de perspectivas y un sinfín de focos de los que partir. Desde la perspectiva de empresa el hecho de elegir celebrar un evento puede ser crucial tanto en su posicionamiento en el mundo empresarial como para dar a conocer un nuevo producto.
La mayoría de las empresas suelen utilizar varias vías de publicidad para promocionar sus servicios o sus productos, y las más empleadas son también las más convencionales, tales como anuncios en diferentes medios de comunicación, redes sociales, mailing o marketing directo. Pero ¿qué hacer cuando esto no funciona o cuando queremos distinguirnos del resto? Organizar cualquier tipo de evento es un valor seguro con resultados siempre positivos.
Desde el punto de vista empresarial existen diferentes tipos de acontecimientos como son:
1.- Rueda de negocios:
Concentración entre la mayor parte de personas con intereses comunes, donde uno representa la oferta y la otra la demanda. Un coordinador registra el interés de cada parte y les fija una cita. Habitualmente se realizan en el marco de congresos, y exposiciones con exposiciones paralelas.
2.- Workshop:
Taller de trabajo para profesionales de una misma actividad o profesión. Es de ámbito dialogado y de intercambio informativo. Se impuso en turismo y se extendió a otros campos.
3. – Desayuno de trabajo:
Reuniones para tratar un tema predeterminado. Se intercambian ideas, dirigidas por un moderador, es un trabajo en equipo distendido.
4.- Asambleas:
Son reuniones numerosas de personas con fines sociales, culturales o económicos. Reuniones que buscan consenso entre las partes sobre la toma de decisiones.
Asambleas ordinarias: aprobación de balances, presupuestos, etc.
Asambleas extraordinarias: aprobación especial del tema. Cuando la resolución no está prevista en el estatuto.
5.- Reuniones de lanzamientos, relanzamiento y posicionamiento de productos y servicios.
6.- Cursos de capacitación y motivacionales para público interno o mixto.
7.- Acciones con la prensa.
8.- Participación en Ferias y Exposiciones.
Teniendo en cuenta todas las variables que pueden organizarse para promocionarse como empresa, es fácil encontrar aquella que más se ajuste a las necesidades y especificidades de cada organización. Comúnmente las ferias y exposiciones son los eventos más conocidos por los empresarios pero lo cierto es que el amplio elenco de posibilidades que ofrece la organización de eventos hace que esta se ajuste al máximo al objetivo que se quiere conseguir.
Una buena organización, una adecuada elección y una buena gestión del evento asegurarán a la empresa despertar interés y movilizar a toda o a una parte del público, algo necesario cuando se pretende posicionarse en el mercado, lanzar o promocionar un nuevo producto o anunciar una modificación de la empresa.
Por último hay que considerar que el hecho de organizar un evento no sólo asegura el éxito del propósito y los objetivos del mismo, sino que en la mayoría de las ocasiones se trata de una opción más económica que cualquier otro tipo de publicidad directa, pero sobre todo más efectiva, cercana y llamativa.